miércoles, 18 de septiembre de 2013

PROTOCOLO EN EL TRATAMIENTO DE LA DISLEXIA

El presente protocolo fue publicado en febrero de 2006, luego ésta no es una entrada novedosa, la encontré hace tiempo en la asociación AVADIS. La razón de insistir en este tema  es que los padres me siguen preguntando  qué pueden hacer si su hijo/a no acaba los exámenes, tiene suspendida la ortografía, y parece que el tiempo no pasa cuando hace los deberes. Es pues, necesario, recordar algunas cosas.

La finalidad de este protocolo es servir como fuente tanto para padres como para profesionales. Se trata de una propuesta general dirigida a las autoridades educativas y una base para la actuación política.        

Es realmente necesario y un derecho fundamental del niño disléxico recibir una educación que esté adecuada a sus necesidades educativas especiales, para ello, se debe de exigir a las instituciones que corresponda, una legislación para este tipo de problema. Legislación que hoy por hoy no existe en España, aunque si en otros países.

Debe de ser Ley, que cuando exista alguna sospecha de dislexia u otros problemas de aprendizaje, se evalúe al niño por un profesional médico, que se le hagan todo tipo de exploraciones como exámenes auditivos, oftalmológicos, psicopedagógicos, neurológicos, etc.

Al existir la sospecha de dislexia por parte del centro o por parte de los padres deberá estar avalada por la firma de un profesional en alguna disciplina relacionada con la dislexia, psicopedagogo, pediatra, neurólogo, logopeda, etc.


Cuando todo lo expuesto en el párrafo anterior no se haya puesto en marcha, quizá debido a la impericia de algún profesional, se debería interponer una denuncia pues se estaría produciendo un error, una dejación y un perjuicio al niño. Quizá a través de la figura del defensor del menor o judicialmente. El profesional que no atiende a estas cuestiones necesita de una depuración de responsabilidades.

También deberá ser Ley que los profesores que cuenten con algún niño disléxico en sus aulas, reciban instrucción (Curso de Capacitación). Tristemente, la mayoría de profesores no saben como actuar con niños disléxicos pese a su preparación docente. En este punto, creemos que la difusión del problema de la dislexia se debe de acometer en los medios públicos y los utilizados por especialistas, es decir, en la orientada a:  puesta al día, ámbito sindical y cualquier otro medio, pues este problema también afecta a la formación laboral del profesorado.

Será también Ley las exenciones que se deban aplicar al niño disléxico, regulando de algún modo su currículo, que no será igual al de un niño no disléxico en algunas áreas.

Jamás se excluirá de cualquier otro programa por el hecho de estar en un programa individualizado, ni se le discriminará por su condición.    

Muchos padres pueden tener sentimientos de culpabilidad respecto del problema de sus hijos, este sentimiento se debe de desechar puesto que no corresponde a la realidad del problema, no somos culpables de nada, y no ayuda al niño a superar y a asumir la dislexia.
Para los padres es de gran ayuda, y muy conveniente, contactar con otros padres con los mismo problemas.
Debemos asumir que se trata de niños normales y no de rarezas, son personas con todos sus derechos y obligaciones por lo que no se intentará en ningún momento de bajar el nivel de exigencia debido a la dislexia, se tratará principalmente de adecuar el proceso de aprendizaje en el aula. Si a un ciego no se le hace leer un testo escrito en un papel por su dificultad en ver, tampoco se le debe de exigir a un niño disléxico. Sin embargo, a ambos si se les debe de proporcionar el vehículo adecuado para que alcancen unos objetivos concretos en la educación.

 Es muy importante que tanto el niño como los padres asuman las dificultades derivadas de la dislexia y conozcan este problema en todos sus aspectos. La mejor solución para la dislexia es la información y el mayor de los problemas es la ignorancia por parte de padres y profesores.

El niño se sentirá mejor si estamos junto a él en lugar de estar encima de él. Muchos padres podemos ser en este aspecto algo asfixiantes.

Aprender a organizarse es muy positivo, se debe de inducir al menor a usar de un tablón de notas, de la agenda, de calendarios y otros medios similares de organización. Muchos profesionales indican que el uso de sistemas de archivo con colores, fichas, son muy eficaces en la organización de asignaturas.

Por lo general la dislexia va acompañada de otros problemas asociados como la discalculia, la disgrafía, la dislalia y también de otros aspectos como la baja autoestima, dispersión, y carácter disruptivo dado que no poseen los medios para expresar sus sentimientos. 

No se conoce un tratamiento específico, no hay una medicación o una intervención, la mejor actuación es la reeducación. Cuanto antes se diagnostique, en educación primaria, hay que reeducar el déficit de base. Si se diagnostica más tardíamente la reeducación es más difícil y compleja pero hay que intentar acomodarse un poco a este déficit e intentar minimizarlo al máximo. Tener en cuenta además que los niños y niñas que padecen dislexia tienen otros trastornos asociados. Con mucha frecuencia niños con dislexia tienen déficits de atención con o sin hiperactividad, trastornos emocionales secundarios, etc.  Los problemas de dislexia les condicionan problemas emocionales desde el punto de vista de baja autoestima, fracaso, baja tolerancia a la frustración, etc. que influyen en el niño, en su familia.[1]

Para el plan de actuaciones en la dislexia nos ceñimos a la organización actual de la enseñanza, es decir, preescolar, primaria, segundaria y enseñanza no obligatoria.


PREESCOLAR.

Es fundamental un diagnóstico lo más precoz posible para comenzar a tratar el problema de la dislexia[2] para lo que aconsejamos que a la mínima duda o retraso en las actividades normales del niño, se aplique por parte del gabinete psicopedagógico del colegio, una batería de test que nos ayudará a fijar el problema de la dislexia y con esto poder actuar.

Es muy importante la puesta en marcha de medidas tempranas de adaptación curricular y apoyo para los casos de dislexia o “inmadurez”.[3]

Algunos autores hablan de predislexias. La dislexia al ser un trastorno en el que intervienen la lectura y la escritura se detecta en el momento en que se aprecian dificultades en el uso de estas herramientas. No obstante, una serie de pistas nos indican que el niño puede sufrir una dislexia. Por ejemplo, muchos de ellos tienen un cierto retardo del lenguaje, lo han adquirido un poco más tarde, no emiten frases hasta los dos años y medio. Tienen problemas con los sonidos de las palabras que son similares, las confunden con mucha facilidad. Tienen dificultad para el lenguaje expresivo, también pueden manifestar dificultades de denominación, para aprender y sobretodo para asociar sonidos y letras, dificultades en la decodificación de las palabras,

En el momento en que se inician en el lenguaje, estos niños con dislexia tienen dificultades para el aprendizaje de la lectura, tienen particular dificultad en la lectura de palabras sin sentido, la lectura es lenta, el deletreo es muy pobre y la lectura oral es muy incorrecta, poco natural y la comprensión es bajísima. Sin embargo, la comprensión que tienen estos niños en general es superior a la habilidad en la decodificación y existe en estos niños un desnivel importante respecto a sus compañeros solamente en el área de lecto-escritura, porque en otras áreas el rendimiento es absolutamente normal.

a)      En el momento en que exista un historial familiar.
b)      Retraso en el aprender a hablar.
c)      Confusión en pronunciación de palabras semejantes.
d)      Falta de habilidad para recordar nombres de series de cosas. (colores, días de la semana, dedos de la mano…)
e)      Confusión en el vocabulario que tiene que ver con la orientación espacial.
f)        Alternancia de días buenos y malos en el trabajo preescolar sin razón aparente.
g)      Aptitud para la construcción y los objetos técnicos. Es decir, una mayor habilidad manual que lingüística.
h)      Dificultad para aprender las rimas típicas del preescolar.
i)        Dificultades con las palabras rimadas
j)        Dificultades con las secuencias.

Un retraso de varios años en el diagnóstico y tratamiento de la dislexia puede representar un verdadero problema para el niño.


PRIMARIA.

En el aula se deberán de poner en marcha todos aquellos mecanismos que la administración tiene previstos para estos casos[4]. Esto en muchas ocasiones es una realidad a medias pues muchos de los casos son ignorados u ocultados por creer que se trata de retrasos en la madurez del niño. En este punto muchos profesionales no están preparados ni capacitados para ver que los problemas del niño son debidos a la dislexia y no a otros factores como el carácter del niño, la falta de presencia paterna o materna en el núcleo familiar, u otras cuestiones externas. También, la falta de medios y la mala preparación de los profesionales viene a agravar el problema en la adopción de soluciones.

            Cuanto más tarde se actúe con el niño disléxico mayor será el problema y más las dificultades que tendremos para mejorar su nivel académico y personal, pues en la dislexia no solamente tenemos problemas de lectura y escritura, también problemas de autoestima, de relación con los demás, etc. etc.

Para el desarrollo del niño disléxico es aconsejable una educación lo más personalizada posible. Para este caso, se debe de hacer uso del profesor de apoyo de Educación Especial que deberá actuar dentro del aula y no fuera, acompañando al niño en su tarea escolar. Por lo general estos niños suelen ser lentos en la realización de sus trabajos sin embargo la exigencia de tiempo es la misma que para niños no disléxicos.

Igualmente se deberá trabajar la autoestima para que ellos no se sientan inferiores a los demás niños. El niño disléxico suele tener un coeficiente de inteligencia bastante alto cuestión que por lo general es desaprovechada por el profesional. También disponen de una sensibilidad distinta, debido a que su visión del mundo es otra, y este conocimiento se suele desaprovechar o infravalorar. 

El profesor del aula deberá tener en cuenta que los niños con dislexia aprenden por la vista y el oído por lo que deberá esforzarse en dar una buena explicación y utilizar herramientas audiovisuales, esquemas, etc.

Creemos que estos niños deben de asistir obligatoriamente a las clases de castellano, valenciano y lengua extranjera. Harán todos los trabajos pero serán asignaturas no evaluables tanto en primaria como en secundaria y bachillerato.

Los exámenes pueden se orales. En los exámenes escritos no se tendrá en cuenta las faltas de ortografía, en ningún área durante las diferentes etapas, incluyendo la enseñanza no obligatoria. La forma de redactar tampoco será tenida en cuenta, sólo se considerará lo que el alumno exponga ya que suelen hacer frases excesivamente largas y sin signos de puntuación.

En la medida de lo posible se deberá ayudar al niño en los deberes, muchos padres no están preparados para hacer esta actividad o no disponen de tiempo para acompañar al menor en esta tarea, por lo que se deberá hacer en un centro con la ayuda de un profesional. Esto es importante por el hecho de que el niño no se enfrente sólo al problema de leer y escribir, cuestión que para un niño disléxico puede ser origen de angustia.

La repetición de curso es una buena herramienta que dota al niño que no padece dislexia, de tiempo para madurar o para afianzar sus conocimientos. Para el niño disléxico no es una herramienta válida. Por mucho que repitamos cursos, los problemas de la dislexia siguen presentes y puede ser contraproducente la repetición, dado que se enfrentan por segunda vez a temarios, profesores, problemas, no van a aprender más de lo aprendido.

El niño disléxico necesita una educación personalizada, adaptando cualquier aspecto de la educación a sus necesidades como disléxico. Se le aplicará un programa de lectura, bien en el centro escolar o de formas externa a este pero siempre sujeto a la gratuidad de la educación, existiendo una estrecha relación entre Centro escolar o tutor y gabinete psicopedagógico.

Se le aplicarán métodos personalizados en las áreas de dificultad u otras áreas si fuese necesario, y los padres deben de ser informados de cualquier aspecto en esta educación personalizada.

La instrucción recibida por parte del niño disléxico estará orientada también a desarrollar técnicas que minimicen el problema de la dislexia en otros ámbitos no académicos.

Dada las dificultades de los niños disléxicos y la atención por parte de los profesores, en el aula la plaza de un niño disléxico deberá valer por dos, como en el caso de niños con alguna discapacidad.

A)    Puesta en marcha de medidas tempranas de adaptación curricular.
B)     Presencia del Profesor de Apoyo dentro del aula.
C)    Sistema audiovisual de aprendizaje.
D)    Exención de las asignaturas de lenguaje.
a.       Castellano.
b.      Valenciano.
c.       Lengua extranjera.
E)     Exámenes orales o alternancia de exámenes escritos y orales.
F)     No tener en cuenta las faltas de ortografía y gramática en ningún área.
G)    Ayuda en las tareas escolares.
H)    Dotarles de tiempo extra para realizar sus tareas y exámenes.
I)       Potenciar el uso de herramientas que faciliten la resolución de problemas, como calculadora, ordenador, etc.
J)       El profesor debe de estar seguro de que el niño ha entendido lo explicado ya que por miedo a la burla los niños disléxicos se sienten inseguros y preocupados por las reacciones del profesor.
K)    Se evitará las repeticiones innecesarias de curso.
L)     Se aplicarán métodos y técnicas de lectura adaptadas a las necesidades del niño.
M)   Valoración de la plaza escolar por dos.
Muchos autores aconsejan que el niño destaque en alguna otra actividad, ya sea deporte, música, dibujo, etc., mostrándole que puede tener éxito en otra faceta de su vida. Es muy positivo  elogiar  sus fortalezas e insistir en sus habilidades particulares. El niño  necesita, como todos los demás, sentir amor, aceptación, protección, disciplina y libertad para poder crecer y aprender feliz y así afrontar su dislexia.
Para los padres es de gran ayuda, y muy conveniente, contactar con otros padres con los mismo problemas.

SECUNDARIA.

En este período se deberán seguir las mismas pautas que en el de primaria pero orientados a los objetivos de este ciclo de secundaria.

Será muy importante la relación con los demás por lo que se atenderá a la diversidad real del aula. Esto no debe de quedar en meras palabras. El niño disléxico debe de adquirir desde su dislexia, una educación social sólida.

En muchos casos y, si se ha llevado correctamente el primer ciclo,  el niño disléxico quizá pueda prescindir de alguno de los puntos anteriores pero en todo caso será el psicopedagogo quien deba de determinar esto.

Es preciso que el menor pueda exigir sin ningún tipo de problema al estar esto reglado, regulado, el cambio del tipo de letra en un examen, o que éste sea oral o que las respuestas sean dictadas a una tercera persona. Puede exigir la no valoración de las faltas de ortografía o la mala letra en algún tipo de examen.  

La dislexia, en ocasiones, va asociada a otros problemas:
Déficit de Atención: Es la inhabilidad para mantener la atención en lo que se está haciendo.
Discalculia o Acalculia: La dificultad o la inhabilidad para usar los números y trabajar con las matemáticas.
Disgrafia o Agrafia: La dificultad o la inhabilidad para escribir.
Dismapia: La dificultad para leer los mapas y encontrar lugares. Está relacionado con la confusión de los puntos cardinales, así como con la orientación espacial.
Hiperactividad: Falta de atención acompañado de movimiento físico excesivo.
Dispraxia: Dificultades en la coordinación, torpeza o inhabilidad para subir escaleras, brincar, balancearse, caminar en una línea recta, abrocharse los cordones de los zapatos, coger o echar pelotas.
Estos problemas no siempre están presentes en el niño disléxico. Cada caso de dislexia es distinto de otro y no siempre se presentan estos problemas asociados ni todos al mismo tiempo


ENSEÑANZA NO OBLIGATORIA

Es importante en esta etapa de la educación preparar con tiempo al alumno y a los profesores para que no existan problemas educativos. Se debe de requerir un plan individual de educación.

Se deberá aportar la documentación necesaria que demuestre que el alumno es disléxico, como diagnósticos, informes psicopedagógicos, etc.

Será necesaria la modificación curricular del área de las lenguas y la exención de la lengua extranjera.

La ortografía del disléxico, no será valorada con los estándards  habituales

La exención obliga al alumno a asistir a clase pero no será calificado y no afectará a su nota media, cuestión que es importante para la posterior entrada a la Universidad.

En el selectivo y el paso a la universidad,  el niño disléxico debe de hacer valer su condición de disléxico y pedir las adaptaciones que crea necesarias para una correcta evaluación. Todo esto hoy por hoy se deberá de negociar individualmente pero esperemos que con el tiempo esté reglado de alguna forma.

                                       ASOCIACION  A V A D I  S

Queremos agradecer la inestimable colaboración de:

D. Vicente Oltrá Abarca.

Gabinete Psicopedagógico CESSEM.



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